23 enero 2011

Somos consumidores... ¿o productos? Comentario de una obra de Bauman

Unas lungas y relajadas vacaciones me permitieron leer a total conciencia la obra Vida de Consumo de Zygmunt Bauman.

Sociólogo, filósofo y ensayista polaco, es profesor emérito en la Universidad de Leeds y en la de Varsovia. Ha enseñado sociología en Israel, Estados Unidos, Canadá y otros países. En sus obras se ocupa de cuestiones como las clases sociales, el socialismo, la modernidad, la globalización, el consumismo, la pobreza, etc.
Otras obras:
-Legisladores e intérpretes. Sobre la modernidad, la posmodernidad y los intelectuales
-Modernidad y holocausto
-La posmodernidad y sus descontentos
-Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil
-Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias
-Vida líquida
-Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores


Esta obra de sociología desmenuza las cualidades consumistas de la sociedad moderna, denominada sociedad de consumo por su incesante e insaciable sed de consumir y luego desechar, fenómenos que hoy constituyen un papel central en la supervivencia social.
Siempre tomando como eje principal el ojo ajeno, estamos sometidos a una adicción y necesidad por consumir, teniendo como objetivo primordial (inconciente muchas veces) vernos beneficiados socialmente.

El propósito crucial y decisivo del consumo en una sociedad de consumidores no es satisfacer las necesidades, deseos o apetitos, sino convertir y reconvertir al consumidor en producto


¡Qué punto de vista tan interesante! A medida que leía el libro, iba comprendiendo esas ganas inexplicables de todo el mundo de comprar, mostrar, tener, contar, divulgar. ¿Somos acaso productos de consumo? Creo que día a día pujamos más para que esto así resulte. En cada decisión de vestimenta, de compra, de viaje, de actividad, de decoración, de estudio, de lectura, de deporte, de arte, estamos fusionando lo que nos gusta con lo que queremos que nos guste para gustarles a los demás (a cierta franja de la sociedad).

Por lo tanto, "consumir" significa invertir en la propia pertenencia a la sociedad, lo que en una sociedad de consumidores se traduce como "ser vendible", adquirir las cualidades que el mercado demanda o reconvertir las que ya se tienen en productos de demanda futura.


Seguramente cuando lean esto van a odiarlo un poco -o bastante- pues las conclusiones de Bauman desacreditan nuestra identidad, objetando que somos nosotros mismos quienes saboteamos nuestra personalidad, invirtiendo como si fuéramos un producto en venta, con todas las cualidades de mercado, como target, estética, valor cultural, marketing, demanda, etc.

Consumir es invertir en todo aquello que hace al "valor social" y la autoestima individuales.

Y la moda es la bisagra de todas estas idas y venidas entre consumo, producto, inversión. Es la estrategia fundamental para hacernos productos más o menos vendibles. Consumimos moda para convertirnos en productos de moda.

En primer lugar, la preocupación por "estar y mantenerse a la delantera" (a la delantera del "pelotón de la moda", vale decir, el grupo de referencia, "los otros que importan", "los que cuentan", y cuya aprobación o rechazo traza la línea entre éxito y fracaso). En palabras de Michel Maffesoli, "Soy quien soy porque los otros me reconocen como tal".

Al terminar de leer la última página del libro me entraron las dudas y replanteos. ¿Qué hago en el mundo de la moda? ¿Quiero generar productos o ser un producto? ¿O acaso quiero generar productos para ser un producto?


$42,00 en El Ateneo
Contratapa del libro:
En Vida de consumo, Zygmunt Bauman continúa y profundiza el análisis de la trama y los mecanismos por los cuales la sociedad actual, en su fase de modernidad líquida, condiciona y diseña las vidas de los sujetos centrándose en sus particularidades como consumidores.
Con el advenimiento de la modernidad líquida, la sociedad de productores es transformada en una sociedad de consumidores. En esta nueva sociedad los individuos son, simultáneamente, los promotores del producto y el producto que promueven. Son, al mismo tiempo, el encargado de marketing y la mercadería, el vendedor ambulante y el artículo de venta. Todos ellos habitan el mismo espacio social conocido con el nombre de mercado. El examen que los individuos deben aprobar para acceder a los tan codiciados reconocimientos sociales les exige reciclarse bajo la forma de bienes de cambio, es decir, como productos capaces de captar la atención, atraer clientes y generar demanda. Esta transformación de los consumidores en objetos de consumo es el rasgo más importante de la sociedad de consumidores.
En este nuevo libro, Zygmunt Bauman analiza el impacto del modelo consumista de interacción sobre varios aspectos, aparentemente inconexos, del escenario social, como la política y la democracia, las divisiones sociales y la estratificación, las comunidades y las sociedades, la construcción identitaria, la producción y el uso del conocimiento, y la preferencia por distintos sistemas de valores.
La invasión, conquista y colonización de la red de relaciones humanas por parte de visiones del mundo y patrones de comportamiento a la medida de los mercados, y el origen del resentimiento, el disenso y la ocasional resistencia frente a las fuerzas de ocupación son los temas centrales de este libro. Las normas sociales y la cultura de la vida contemporánea son puestas bajo la lupa una vez más y reinterpretadas a la luz de estos temas por uno de los pensadores sociales más originales y agudos de la actualidad.

Buenas y necesarias son esta clase de obras que nos hacen un click en la mente y nos obligan a pensar; nos responden algunas preguntas, destapan otras y -lo mejor de todo- nos impulsan a buscar respuestas.
Este libro de Bauman cambió mi visión del mundo, de la gente:
100% RECOMENDADO
.

Meme Guaia

4 comentarios:

  1. memee muy bueno no descansas ehh

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  2. A MI TAMBIEN ME ENCANTO!
    GERO SANTIS

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  3. memuch!
    buena refelxion para comenzar este 2011!!!
    impecable como siempre!

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  4. andressa maccormick26 de enero de 2011, 20:42

    Lo lei y me moviÓ el piso, comparto tu punto de vista! Es excelente.

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